El río Pance no es un río tutelar de la ciudad, pero si la ha bañado a través del tiempo y la historia, junto con sus riveras que guardan relación con los procesos sociales que ha vivido la ciudad. De lo que recordamos en los años 60’s era un espacio muy distante de la ciudad caracterizado por una vía rural por la que se llegaba por chivas, buses intermunicipales o en carros particulares sobre unas carreteras en no muy buenas condiciones propios de un sector rural. En ese momento era considerado como un lugar de paseo y por los más osados deportistas para prácticas de campo traviesa al igual que algunos entrenadores que llevaban a sus deportistas a entrenar amarrados a camionetas con sogas a velocidades de entre 20 y 30 kph por esos caminos rurales alrededor del rio Pance.

Los otros paseadores eran los amigos bañistas que gustaban de ir a encontrar las frías aguas de este río, se insinuaban también espacios para paseos familiares para aquellos caleños que tenían vehículos particulares y podían transportar a la familia para disfrutar de sus aguas, riveras y un día natural de este poderoso afluente.

Entre los años 70’s y 80´s después de los juegos Panamericanos, el río Pance siguió aumentando la connotación para la práctica deportiva y fue construida una pista atlética con similitudes a los parques europeos. Asesorados por el convenio colombo-alemán fue diseñado un recorrido en un sector con estaciones para practicar ejercicios dentro del concepto de estilo de vida saludable y la importancia que esto conllevaba.

Finalizando los años 80’s y comenzando los 90´s el narcotráfico hizo su presencia con casas suntuosas, majestuosas que se apoderaron de las riveras del rio y de otros espacios con construcciones sólidas que empezaron a impactar su entorno ecológico, su vegetación, fauna y flora. La ostentación de las residencias privatizó su alrededor y las urbanizaciones empezaron a tomar el nombre de los afluentes y zonas que marcaron el recorrido del rio, como el conocido “Chorro de plata”. Paralelamente llegaron los negocios particulares, centros recreativos y restaurantes los cuales fueron llegando a las orillas del rio y fueron invadiendo a la vez que apoderándose de las riveras sin tener en cuenta el gran atropello que se estaba haciendo a la naturaleza.